Lo bueno:
• La mantita caliente del mundo de los videojuegos. Una experiencia cálida, acogedora, relajante y un tanto diferente también.
• Muy pulido en todos sus apartados, para que se note que el que compra esto, está adquiriendo un producto de calidad.
• Me encantó su música. Puede hacer que hasta abrir un frasco de mayonesa parezca algo épico.
• La interacción con los objetos que quemás es algo limitada, pero con un poco de imaginación se pueden lograr cosas curiosas.
• Incluye alguna que otra sorpresa.

Lo malo:
• Si se presenta un combo complicado o medio rebuscado, te renta más echar una tonelada de objetos a la chimenea que pensar un rato.
• Me hubiese gustado ver interacciones más diversas y originales al quemar objetos.
• No tiene Workshop, y es un juego que se presta a él.

¡Felicidades por la compra de tu nuevo producto interactivo de alta definición, Little Inferno! Little Inferno fue diseñado para mantener calentitos a todos aquellos videojugadores que hayan vendido su estufa para poder comprarse una flameante RTX 3060. Sin embargo, tienes que saber que este no es como tus otros videojuegos. Esta vez no será tu tarjeta gráfica que muchos juegos destinan a la minería de criptomonedas involuntaria lo que te genere calor. Little Inferno busca calentarte con un ambiente familiar y con mucho... pero mucho... ¡AMOR! Como el abrazo de una abuelita ¡Ummm Ummmm UMMMM ÑIKI ñiki!
Bueno, lo admito, eso fue un poco cursi... Little Inferno es un juego de puzles simple, original, relajante y familiar. En él tendrás que comprar distintos objetos para quemarlos y conseguir dinero, y hacer combos que son acertijos (este es el componente de puzles que nos presenta) para poder avanzar.
Desde el momento en que lo compré me propuse jugarlo en invierno, y reconozco que fue una buena decisión. Jugarlo con el frío y tapado con una mantita es una experiencia acogedora. No es que te vaya a dar calor, yo sigo re cagad0 de frío, pero sí suma puntos.
A pesar de su apariencia sombría, en el fondo resulta ser un juego muy tierno por sus personajes y cómo se dirigen hacia vos. Es curioso porque generalmente se ve justo lo contrario en el mundo de los videojuegos. Se ofrece algo que parece amistoso, y repentinamente introducen componentes turbios para que te lleves la sorpresa.
También es muy relajante. Su simplicidad y la ausencia de música mientras estemos delante de la chimenea, con solo un sonido constante de vacío que mata el silencio, logran que solo te centres en quemar cosas y escuchar las ascuas arder, y no tengas que preocuparte por nada más. El juego tiene clarísimo que este es su objetivo, porque hasta te lo menciona en algún momento.
Otro de sus puntos fuertes es lo pulido que se siente. Este es el punto que lo saca del montón de juegos mediocres para volverlo un producto de calidad. Pongo ejemplos. Las físicas en general son buenas, ya sea cuando agarramos objetos para ponerlos en la chimenea o el del fuego al quemar cosas.

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El fuego se siente bastante real, no por cómo se ve, sino por cómo interactúa con su entorno. La iluminación, el polvo, las interfaces, los sonidos, su apartado visual y artístico en general, todo está muy logrado. La música sencillamente es una genialidad y tiene momentos dónde explota épicamente.
También cuenta con alguna que otra sorpresa, así que andá agarrándote de tu abuelita si es que pensás que acá estamos nada más que para quemar cosas. Desgraciadamente, yo lo jugué hace mucho tiempo y ya tenía claro lo que iba a ocurrir, pero para los que son primerizos en esta aventura, les hago saber que siempre pega fuerte en algunos puntos.
Una última recomendación que me gustaría darte es que intentes hacer volar un poco tu imaginación. Si bien la interacción con los objetos que hagas arder es algo limitada, se puede lograr alguna que otra cosa curiosa, y esto podría aportarte un rato extra de diversión. En el punto de encuentro de este juego vas a encontrar un montón de cosas divertidas que hizo la comunidad. Seguro que algo se te ocurre después de visitarlo.

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Hay algunos pequeños detalles negativos los cuales me gustaría mencionar para cerrar esta reseña. El primero es que hay algunos combos (no son muchos) en los cuales necesitás cazar alguna referencia, son un poco rebuscados o en los que sentís que muchos objetos encajan con la pista que te da el nombre del combo. Es cierto que no es obligatorio hacer todos los combos, pero para el jugador que se lo propone, en estos casos le conviene más echar y echar objetos a la chimenea, y quemarlos por quemar (porque podés quemar 30 objetos a la vez, y los combos siguen saltando), que ir pensando en distintas posibilidades e ir probando con cierta estrategia.
También me hubiese gustado ver un poco más de interacción con los objetos al quemarlos, tanto en variedad como en originalidad. Por ejemplo, un juguete que al quemarlo lo puedas controlar e inclusive pudieses armar mini niveles en tu chimenea. O tal vez interacciones medio secretas entre objetos. Imaginemos que hay un juguete de leñador, que dispara a los patos que salen volando del objeto "Arbusto digital" cuando se los queman a ambos juntos.

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Eché en falta además una forma de poder mantener los efectos de algunos objetos en el tiempo, para poder sacar una captura o lograr algo que se me haya ocurrido. Muchos objetos, por más que apagues el fuego que los envuelve, terminan quemándose solos otra vez después de unos segundos o simplemente dejan de hacer eso que los caracteriza.
Finalmente, que no tenga Workshop es criminal. Permitir a los jugadores crear sus objetos y subirlos para que otros los usen daría un sin fin de posibilidades, añadiría bastantes horas de vida al juego y eclipsaría por completo el punto anterior.

Un clásico indie perfecto para jugar en invierno o después de un día duro. Pulido, entretenido, relajante, barato. Seguro que te aporta unas cuantas horas de diversión, te lo recomiendo mucho.