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Juego conseguido en bundle, muy por debajo de su precio original.

Es un gran metroidvania que combina el pinball como mecánica para superar desafíos y explorar el mapa. La historia es bien sencilla, y no se entromete mucho durante el juego, así que puedes comenzar a explorar al poco de iniciar la partida. El descubrimiento del mundo está muy bien manejado, ofreciéndote pistas y ayudas en el mapa para ir notando adónde podrías ir. No es un juego muy difícil, fueron muy contadas las veces en las que no supe qué hacer. Dónde más se dedica tiempo es en esos puzzlez en donde debes dar con el personaje a un lugar de difícil acceso, siendo aquello lo único que podría considerarse frustrante... Aunque si estás familiarizado con los pinball, no será ningún problema estar atascado un rato en uno de los desafíos

Totalmente recomendado a amantes del pinball, aunque deben considerar que el pinball es una parte importantísima del juego. Si no te gustan los pinball, quizás hay que mirar otros títulos.

La única forma de jugar un desafío es yendo directo a la opción de mayor dificultad, que implica no tener escudo y solo disponer de 3 vidas. Las dos primeras opciones son un paseo, sin ninguna dificultad salvo en el último mundo, donde tuvieron la idea de poner elementos que dan muerte instantánea, cosa no muy problemática si el juego no fuese de esos en los que mueres y comienzas desde el principio, o desde el último checkpoint. Todos los niveles anteriores pueden ser fácilmente superados escogiendo las habilidades correctas, aquellas que abarcan toda la pantalla con balas, o las con apuntado automático. E incluso si te planteas un desafío autoimpuesto, y solo escoges habilidades con dirección horizontal, el juego sigue siendo bastante lento y fácil de predecir. Como dije, el único desafío que encontré durante mi partida fueron esos pilares con muerte instantánea.

Además, no destaca mucho sonoramente, y los menús son algo extraños, con algunos títulos en muy baja resolución. También está la opción de jugar cooperativamente entre varios jugadores, pero es que el juego es tan fácil que no le veo sentido al cooperativo.

Francamente, no recomendaría este juego a menos que se encuentre en alguna rebaja del 90%, pues no creo que valga su precio completo ni por asomo. Y lo recomiendo solamente a las personas que disfrutan farmear para desbloquear todas las habilidades. Aquí no encontrarás un desafío de habilidad, sino que un paseo de unas cuántas horas en donde recolectas dinero y desbloqueas habilidades.

Ta bien

Siento que en este juego faltó seguir los principios básicos de la animación, por esta razón creo que el movimiento de los personajes se siente tan ortopédico. El juego busca ser una experiencia difícil (con 2 o 3 golpes mueres), pero huyendo de los movimientos lentos y bien definidos que suelen tener los juegos que buscan esta experiencia, como Dark Souls o Blasphemous. Aquí, los ataques son rápidos, y los enemigos tienen animaciones que se distinguen poco y nada entre el momento de preparar el ataque y el ataque en sí, ya sea porque sus extremidades son muy cortas, o porque no se diferencia mucho su pose de descanso con la de preparación de ataque. Debido a ello, encontré difícil predecir cuándo se vendría un ataque por parte de un enemigo, por lo que muchas veces no perdí por falta de habilidad, sino porque no tenía forma de predecir qué es lo que el enemigo pretendía hacer, ni en qué momento lo hará, ni cuánto tiempo durará aquello que hace. Esto empeora con los jefes, quienes tienen una variedad de movimientos cuyas animaciones se diferencian muy poco. Perdí varias veces con la primera jefa porque no era capaz de seguir el patrón de movimiento, debido a que era difícil de distinguir si lo que venía era un ataque de cuerpo o un proyectil. Para rematar, la paleta de colores utilizada en los enemigos es muy parecida a la utilizada en los fondos. Hubo zonas oscuras en las que ni veía cuándo un enemigo se disponía a atacar. Por suerte, la variedad de enemigos es bastante escaza, así que resulta relativamente fácil navegar por los pasillos.

Otro punto que me ha hecho no recomendar el juego es la función práctica de su apartado visual. Si bien todo está bonito, han decidido segmentar el juego en diferentes puertas que necesitan una serie de llaves, necesarias para explorar el mapa. El problema es que todas las puertas y todas las llaves se distinguen de formas muy sutiles, siendo muy fácil confundirlas. Por ello, terminas dando vueltas por todo el mapa presionando en cada puerta que te encuentras. No existe en el juego ese momento eureka en el que te das cuenta de a qué lugar debes ir o a qué zonas podrías tener acceso ahora que adquieres cierta habilidad, sino que más bien la experiencia es parecida a la de esos Point and Click obtusos en los que resuelves acertijos simplemente dándole click a cada cosa del entorno, haciendo la tarea más por azar que por habilidad. Este tedio fue lo que generó muchas de mis muertes por enemigos sencillos. Tenía tantas ganas de pasar rápido que no me daba cuenta de que algún bicho pequeño me atacaba y acababa con mi progeso.

Hay otros detalles que no me gustaron, pero siento que estos que menciono son los que me han hecho no recomendar el juego. Si aún te interesa probarlo, trata de buscar alguna oferta.

Juego conseguido en Bundle (Fanatical), por debajo de su precio en tienda.

Está bien. Es lindo, su control está bien logrado y resulta gracioso sin sacar carcajadas, pero fácilmente puede volverse repetitivo, pues todo el juego consiste en la misma tarea una y otra vez, para ser recompensado con mejoras de stats que harán más fácil esa tarea que se repite. Si te gusta farmear y los gatos, probablemente te encante. Yo le doy mi recomendado porque no me costó más de 2USD, quizás me hubiera decepcionado pagando el precio completo.

Juegazo de corte clásico que se deshace de esas cosas frustrantes de los juegos de la época, y se queda con los puzzles, la exploración y ese aspecto gráfico y sonoro que tanto gustillo genera. Quizás peca de fácil, así que, si lo que buscas es un desafío, puede que te deje un mal sabor de boca. Aquí lo entretenido es explorar mientras resuelves puzzles encuentras secretillos escondidos.


En menos de 4 horas me lo pasé, así que también es ideal para quien no tenga mucho tiempo para jugar. El guardado automático facilita aún más aquello, y los mapas, al ser autoconclusivos en cada sección, permiten que puedas acabar la partida cuando quieras, sin el miedo a perder el hilo o progreso de lo que llevabas hasta el momento.

Recapitulando, lo recomiendo principalmente para quienes busquen un juego de exploración con algunos puzzles que no te hagan reventar la cabeza. Quizás se sienta soso para quienes busquen el desafío de la dificultad de algunos juegos clásicos. Queda claro que el juego no está hecho para todo público, sino que está pensado para quien quiera ese recuerdo sensorial de sus juegos de infancia, pero con un filtro de dificultad que te permita pausar y continuar el juego cuando quieras.

Puede ser un buen título para amantes de la saga de Kunio, pues aquí encontrarán varias referencias a sus diferentes entregas a lo largo de unas 6 horas de juego. Para personas alejadas de la saga, quizás el título se sienta largo y repetitivo, pues, salvo los jefes, cada enemigo se vence aporreando el botón X. Aquí, los combos solamente sirven para hacer menos tedioso el trabajo de acabar con el mismo tipo de enemigo repetidas veces.

El título tiene los típicos elementos RPG de la franquicia, habiendo aquí alimentos que puedes comprar para mantenerte con salud (muy importante aquí, pues perder se penaliza con la perdida de una buena cantidad de dinero), y accesorios que, si bien no transforman el modo de juego, ofrecen alguna pequeña ventaja. En cuanto al combate, los jefes son definitivamente el aspecto más entretenido del título, junto a ciertos segmentos del mapa que varían del suelo plano cotidiano. Durante el resto del juego, pues es lo clásico, hacer el mismo combo muchas veces para acabar con todo lo que aparece en pantalla.

Es una entrega divertida, cómica y colorida, que podría interesarte si eres un fiel amante de los beat'em up más simples de épocas pasadas, pues aquí no encontrarás ninguna novedad al género. Anda de aquí para allá machacando el X y haciendo combos para acabar con todo más rápido, ese el lema del título. Si esto no te interesa, te sugiero que no compres River City Girls.

Hay que aclarar desde un principio que este no es un videojuego retro, es una novela visual con bocadillos de juegos clásicos de los 80, como Outrun o Gradius... Y tampoco es la historia como tal, sino que solamente es la introducción a una historia más extensa (aunque este título ya salió en 2019, y no encuentro rastro de construcción de una secuela en internet, por lo que no sé si es un proyecto ya muerto).

En 198X se nos cuenta la historia de un adolescente de los suburbios estadounidenses con problemas para sobrellevar ciertas situaciones de su vida, quien descubre los videojuegos y encuentra en ellos un escape a sus frustraciones. Las reseñas que he leído han sido críticas en cuanto a lo odioso y cringe del personaje, y la verdad es que sí es bastante edgy y cringe, como buen adolescente, pero, al ser este título solo una introducción de una historia, no creo que sea justo criticar al personaje, ya que está justamente en la fase previa al viaje, y a su correspondiente cambio. Quizás, sí podría quejarme de la voz y el ritmo que le dieron al personaje, teniendo este una voz rasgada y monótona, que se siente soporífera con el tiempo. No terminé de entender la decisión de hacer que una mujer imite la voz de un adolescente. La historia es corta, con pocas líneas, un adolescente podría haber hecho el trabajo, o alguien que no suene con una voz tan rasgada para tratar de sonar más joven y masculino.

En cuanto a las mecánicas, el juego nos ofrece un puñado de pequeños juegos clásicos sin mucha complejidad, aunque bien pulidos. Cada minijuego no tiene nada de especial, y esto es porque tienen la función de ser bocadillos que se vinculan con la historia... O al menos esa es la intención de algunos de esos bocadillos. Hay otros juegos entre la lista que parecen estar allí porque sí, y su duración se siente más larga de la necesaria al no encontrarse una conexión con la historia. Creo que los minijuegos de carrera y de mazmorra son los mejor implementados, permitiéndonos conocer al personaje mientras avanzamos en esos desafíos, utilizando el mismo juego como medio narrativo.

En conclusión, 198X es una pequeña introducción a una historia que probablemente nunca continúe, porque no hay ni rastro de una posible secuela. Debido a ello, me cuesta recomendar este título, pues solamente tenemos hora y media de un adolescente edgy y su fanatismo por los videojuegos. Si fuiste un adolescente edgy amante de los videojuegos en los 80, puede que este título te interese para poder recordar esa época de cringe. Si fuiste un adolescente edgy amante de los videojuegos en tiempos más actuales, podría interesarte este título para tener un vistazo de cómo fue ser un adolescente edgy amante de los videojuegos en los 80.

Si buscas una historia completa o un juego retro al uso, aléjate de este título.

Te recomiendo este juego si, cuando juegas algún juego de mundo abierto, andas como idiota saltando entre las esquinas de las montañas o los edificios para ver qué tan lejos puedes llegar.

Supraland tiene un mundo amplio y conectado, en el cual deberás ir resolviendo puzzles para acceder a nuevas zonas, como si de un metroidvania se tratase. Pese a que terminé usando guías para uno que otro puzzle, logré avanzar sin sentir que los acertijos fueran injustos, salvo algunos bastante específicos, o que requerían un backtracking poco claro. Se siente bastante bien esa sensación orgánica de ir adquiriendo nuevas habilidades para acceder a zonas antes poco exploradas. El mapa igualmente ayuda mucho a esta sensación, ya que te permite ir dibujando sobre él para ir recordando las zonas que te quedan por explorar.

Los aspectos en los que más siento que cojea son el combate y su historia. En cuanto al combate, este es bastante simple y monótono. Hay escasa variedad de enemigos, estos hacen respawn, y todos se combaten casi que de la misma manera, por lo que he terminado aburriéndome del combate en poco tiempo debido a los retornos que el juego te anima a hacer. Definitivamente la gracia del juego son sus puzzles y su exploración, no el combate.

En cuanto a su historia, está es bien sencilla, y en eso no hay problema. El problema que encuentro está en su final, sintiéndolo yo algo apresurado y poco intenso, sin una buena preparación previa al momento definitorio, casi sintiéndose como que llegaste a él antes de tiempo. Aunque este no es un problema realmente grande, ya que el juego nunca tuvo pretensiones de hilar todo en una historia interesante. Narrativamente, está más cerca de ser como Minecraft, ya que solo te dan un par de lineas de diálogo al principio, ve a ver que pasa con el agua, y listo, directo a explorar.

Pese a esos detalles, me ha gustado mucho la sensación de libertad y autonomía que Supraland te ofrece. Lo recomiendo a personas que disfruten los puzzles y la exploración por sobre la búsqueda de una rica y profunda historia. Es más bien un título para quienes disfrutan explorar por el solo ánimo de explorar.

Es un juego duro, pero precioso en los horrores que te muestra, y divertido si no te apegas demasiado a las convenciones del género, ya que aquí no encontrarás algunas características típicas de este (como el descubrimiento de habilidades tras derrotar un jefe, por ejemplo).

Si solo quieres jugar una partida, recomiendo jugar con una guía al lado. Para conseguir el tercer final, es necesario realizar una serie de pasos en un orden específico, por lo que resulta sencillo perder la oportunidad de conseguirlo. Yo me enteré de esto después de ya haber hecho todo lo que no se tenía que hacer, y dudo que vuelva a rejugarlo solo por 1 final. Sin embargo, pese a lo decepcionante que resultó para mí esta decisión por parte de los desarrolladores, sí que me encantaron estas 18 horas de juego, fascinado con la atmósfera severa que lograron conseguir a través de la imagen, el sonido y las mecánicas jugables.