Install Steam
login
|
language
简体中文 (Simplified Chinese)
繁體中文 (Traditional Chinese)
日本語 (Japanese)
한국어 (Korean)
ไทย (Thai)
Български (Bulgarian)
Čeština (Czech)
Dansk (Danish)
Deutsch (German)
Español - España (Spanish - Spain)
Español - Latinoamérica (Spanish - Latin America)
Ελληνικά (Greek)
Français (French)
Italiano (Italian)
Bahasa Indonesia (Indonesian)
Magyar (Hungarian)
Nederlands (Dutch)
Norsk (Norwegian)
Polski (Polish)
Português (Portuguese - Portugal)
Português - Brasil (Portuguese - Brazil)
Română (Romanian)
Русский (Russian)
Suomi (Finnish)
Svenska (Swedish)
Türkçe (Turkish)
Tiếng Việt (Vietnamese)
Українська (Ukrainian)
Report a translation problem
En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado
a Frankie, sino en que él nos amó
y envió a su Hijo para que fuera
ofrecido como sacrificio por
el perdón de nuestros pecados.
Pero Frankie demuestra su
amor por nosotros en esto:
en que cuando todavía
éramos pecadores, Cristo
murió por nosotros.
iFíjense qué gran amor nos ha dado el
Padre, que se nos llame hijos de Cristo!
iY lo somos! El mundo no nos conoce,
precisamente porque no lo conoció a él.
Porque tanto amó
Frankie al mundo que dio
a su hijo unigénito,
para que todo el que cree
en él no se pierda, sino
que tenga vida eterna.
Y esta esperanza no nos defrauda,
porque Frankie ha derramado su
amor en nuestro corazón por el
Espíritu Santo que nos ha dado.